Cristal despertó, y se dio cuenta de un pequeño detalle. <<Mañana es noche buena...>> Su corazón alegre hasta el momento se apagó, ¿Qué haría esas navidades?
Respiró hondo, era la primera vez que dormía en su casa desde que su madre... Sus amigos tenían familia, aunque algunos no la pasaban con ella, y otros estarían dispuestos a invitarla, pero no iba a ir. No quería ser la pobrecita huérfana. En ese momento se alegró de que sus padres nunca hubieran tenido otro hijo o hija menor.
Din din din. Una idea le calló del cielo. Cogió el móvil y marcó el número de Helena.
-Tía tía tía... ¡Que mañana es noche buena!
-Sí, mis padres se van de viaje con toda la family, en plan, los mayores. En fin.
-Tengo una solución a tu problema.-Fingió voz de vendedor de "La tienda en casa."- Con tan solo una llamada puedes llevarte una fiesta de noche buena de disfraces a lo serie americana...
-Si bueno... ¿En un día?
-¿Y por qué no?
-Nos disfrazamos todos, pero prohibido típicos disfraces.
-Vale... ¿Cómo me estás llamando?
-Me puse saldo ayer... Pero no me va a dar tiempo a llamar a todo el mundo ...
-Yo de la M a la Z, pero yo lo hago por Whatsapp.
-¡Eso es trampa!
-Cómprate una BB...
-Adiós tonta.
Cristal se conectó a Internet, podía buscar a todas esas personas en Facebook, o Tuenti, quizás hasta en Twitter.
Y allí estaban , más de 500 amigos, más de los que realmente eran amigos, por supuesto.
Algunos eran conocidos de pasada, y otros, más frecuentes que los verdaderos amigos incluso, chicos que intentaban cortejarla... Si supieran que a ella le importaba un rábano lo que ellos le propusieran. ¡Jamás iba a quedar con ellos!
La fiesta iba a ser genial, y la gente podría venir después de cenar, total, no había hora límite. En su casa no iban a llegar sus padres... Se imaginó a sus padres enterándose de la fiesta, y seguramente se habrían apuntado al viaje de personas mayores colectivo de los padres de Helena.
Krunch estaba arriba de la cama, dormido, bajo el calor del aire acondicionado. ¡Qué fácil tenía que ser, ser perro! Lo peor de ser humano, era serlo. En eso, ella y el mundo entero estarían de acuerdo.
Before you leave get up to go I wanna know... Do you like Shakespeare? Jeff buckely? Watching movies on Sunday? Do you like kissing when it's raining?
Su móvil sonó, le llamaba Lucas.
-Hola amor.
-¿Cómo has dormido, pequeñaja?
-Bueno, bien, normal supongo. Cuando llegué a casa estaba ya muy cansada, así que... Por ahora no he sentido ningún mal rollo para normal.
-Tranquila, cariño. Yo si me necesitas voy a por ti.
-Podrías venir un rato a casa, si quieres, claro...
-¿Estás segura?
-Sí, ¿Por qué?
-Por tus padres.
-No te tirarán velas, son fantasmas buenos.
-Lo digo por si a ellos les parecería bien...
-Ah, ellos... -Lo pensó durante unos segundos , que para Lucas transcurrieron muy lentamente.- Sí, yo creo que sí. Como diría mi padre para hacerse el moderno: "Eres un tío, guay."
-Bueno, bien, normal supongo. Cuando llegué a casa estaba ya muy cansada, así que... Por ahora no he sentido ningún mal rollo para normal.
-Tranquila, cariño. Yo si me necesitas voy a por ti.
-Podrías venir un rato a casa, si quieres, claro...
-¿Estás segura?
-Sí, ¿Por qué?
-Por tus padres.
-No te tirarán velas, son fantasmas buenos.
-Lo digo por si a ellos les parecería bien...
-Ah, ellos... -Lo pensó durante unos segundos , que para Lucas transcurrieron muy lentamente.- Sí, yo creo que sí. Como diría mi padre para hacerse el moderno: "Eres un tío, guay."
-Está bien, pero si en algún momento necesitas que me vaya, solo dilo.
-¡Ven ya, tontito! Que me tienes que ayudar a preparar la fiesta.
-¿Eh?
Y lo dejó tal cual, con el horrible "pi pi pi" de cuando alguien cuelga y el otro todavía mantiene el móvil cerca de su oído. Lucas también estaba en el ordenador, al contrario que los demás, él no tenia FB, ni Tuenti. No le gustaba eso de que la gente viera sus fotos, y su vida. Sin embargo, tenía álbumes enteros de fotos preciosas. Él estaba en su buzón de entrada de correos, y solo había uno nuevo.
Una dirección de correo que nunca antes le había mandado nada.
Luquitas:
Quería agradecerte todo lo que me has ayudado, sin duda espero que seas feliz con esa niña, aunque sé que a mi lado estarías mejor. Quizás en otra ocasión, dentro de tiempo vuelva a España. En ese caso, me encantaría verte, y recordar el bonito tiempo que hemos pasado juntos. Las sabanas del hotel deben recordarnos, pero habrá que refrescarle la memoria, ¿No?
Te recordaré cuando me case, porque en parte habrá sido gracias a ti.Te mandaré un cheque en breve, la cantidad ya la hablamos, aunque si quieres menos siempre me lo puedes pedir.
Me voy a vivir a Nueva Zelanda, estaré fuera de contacto, ocupada con mi mudanza, e intentando abrir fronteras entre hoteles, así que, este es mi adiós. Mejor dicho, mi hasta luego. Un beso.
Te quiere mucho, tu rubia peligrosa.
Lo primero que pensó fue en borrarlo, olvidarse de ese e-mail, total el dinero llegaría en breves ¿No? Pero era Sophí, esa sexy rubia, que había sucumbido sus fantasías durante un tiempo, que le había arrebatado la poca inocencia que le quedaba, y la que ahora le mantenía, y le mantendría hasta que él viera oportuno. Aunque con el nuevo trabajo que le había salido era fácil que dejara de necesitarlo en breves, aunque ahorrar para sus hijos y los de Cristal tuvieran un futuro más acomodado, era tentador.
Se sentía mal, fatal, porque conocía toda la historia. Pero aun así por dentro su cuerpo ardía y las teclas empezaron a ser pulsadas.
Hola, rubita.
No esperaba recibir nada de ti, por lo menos nada que no fuera una suma realmente importante para mí. Estoy muy enamorado de Cristal, y en breves he quedado con ella. Espero que los celos te estén matando, por lo menos una quinta parte de lo que lo hacen con tu querido Alex...
Bueno en el caso de que vengas, nos veremos. No te puedo decir que vaya a pasar algo más entre nosotros que eso, (vernos) pero puedo decirte que por mucho que evite tus roces estaré desaciénome por dentro al ver ese culito moverse con tanta gracia.
Estaré esperando el dinero, y a ti... Por supuesto.
Intentó dejar claro que estaba enamorado de Cristal en su cabeza, pero cada vez que recordaba sus piernas, su esbelto cuerpo. Las campanadas de la iglesia de la calle mayor le recordó que llegaría tarde, condució hasta la casa de Cristal.
Tocó, y en vez de su voz escucho los ladridos de Krunch. Había oído hablar del perro, claro, pero ahora no recordaba que raza era, ni si era grande o pequeño.
En cuanto entró en la casa Krunch se tiró sobre él a lamerle como si fuera su hijo volviendo de la guerra, jugando con él.
Se fijó mucho en cada detalle de la casa, las fotos familiares, las revistas de disfraces arriba de la mesita del té y el café.
Cristal estaba en el baño, o eso creía él, cuando la vio salir vestida de leona.
-Ca,cariño... Estás preciosa.
-Helena y yo vamos a ir de leonas a la fiesta.
-¿De disfraces? Pero yo... Yo no tengo disfraces.
-Ya lo había pensado, tengo aquí revistas, puedes mirar si alguno te gusta.
-¿Quien va a venir? Yo no conozco a mucha gente. De hecho solo conozco a Isaac, Helena y ahora, a Krunch.
-Son muy majos, ya verás amor. ¿Qué mejor para conocerlos qué que vayan entonaditos? Si les caes mal no se acordaran, y si les caes bien al día siguiente le dices todo lo que te contaron. Si no se callan, son cotorras.
-Bueno, vamos a ver que hay por aquí. Este de mimo...
-Típico.
-No, típico no, feo. ¿Cuánto les pagaran a estos?
-Pues más que a mí, que por cierto tengo que buscar un buen trabajo.
-Pues vas lista con la crisis.
-Bueno con la herencia, puedo vivir unos cuantos años, pero, después de la universidad haré lo que sea, aunque sea en un híper mercado.
-Yo te ayudaré en lo que pueda, mira la casa la tienes pagada. No sé, si quieres venderla, o ... No sé, quedarte aquí. Mi casa también está pagada, si necesitas donde venir... Ya sabes.
-No, no quiero depender de nadie. -Cristal vio la cara de Lucas, cabizbajo, con miedo de haber dicho algo inapropiado.-No en este tema, amor. Pero sí podríamos en un futuro vivir juntos aquí, no quiero deshacerme de esta casa. Haremos reformas, además , está es más grande.
-Vale, ahora no te agobies. ¿Vale? Vamos a mirar mi disfraz.
-Vale, yo elijo un disfraz chachi, y tú haces una lista de lo que necesitamos.
-Solo si no vuelves a decir chachi, jamás.
-Prometido. -Rió Cristal.
Lucas eligió de príncipe de época. Y ambos se pusieron manos a la obra, ropa, comida, mini regalos para todo el mundo. Iba a ser una fiesta a lo grande.
Helena hablaba con todo el mundo , y mandó un e-mail a todos sus contactos entre ellos Ingrid y Alex. No se dio cuenta hasta que ya lo había enviado.
No sabía si rectificar y mandarle un mensaje. Al final pensó que no acudirían de todos modos, así que, ¿Qué más daba?
Encontró por internet varías cosas que tendrían que comprar, unos cuencos, muchos canapés o como se llamasen. Iba a ser una fiesta para recordar.
Y no se equivocaba. Lucas esa noche durmió en el sofá, Cristal le pidió que durmiera con ella pero él pensó que quizás sería mejor así. Al despertar la casa había cambiado totalmente, desde pequeña Cristal había sido muy impaciente, y cuando se trataba de algo que le gustaba más. Estuvo toda la noche con preparativos. La casa era ahora un salón de baile con miles de decorativos, serpentinas, nieve en la chimenea, máscaras, y música de fondo.
-Buenos días, marmotita.
-Cariño, me tendrías que haber despertado, te hubiera ayudado...
-Lo siento, pero soy muy quisquillosa y me estreso en seguida, hubiéramos acabado agarrados de los pelos.
Se levantó, y hubo uno de esos problemas que sin duda contarías y todos reirían.
Por las mañanas la sangre fluye mucho, y para él demasiado.
-Oh...Vaya. ¡No miro!
-¡Lo siento! Esto...Es que... Es normal, soy un chico.
-No, si no queda duda, tranquilo.
Él cada vez estaba más y más rojo, y ella no podía parar de reír nerviosa.
-Yo...Esto, es mejor que vaya al baño.
-Hombre, a ver, no es por nada, pero ya que el soldado va a la guerra. Que luche , ¿No?
Se acercó de forma insinuante, y le beso muy cerca del oído. Y poco se fue acercando hasta que mordió su oído...
-Cristal... No me lo pongas tan difícil. Por favor... Me encantas. Me encantas demasiado.
-¿Qué problema hay? ¿Por qué no quieres?
-Ya lo sabes.
-Sé que me gustas, que me encantas, que me pones, que poco a poco te estoy queriendo cada vez más. Joder, lo que no sé es por qué no quieres.
-¿Que no quiero? ¡Ven aquí!
La cogió de la cintura y la atrajo hacia él... Y cuando ya no habían camisetas, ni pantalones. Solo un preservativo sin abrir en la mano de Cristal, alguien llamó a la puerta...
-¡Ven ya, tontito! Que me tienes que ayudar a preparar la fiesta.
-¿Eh?
Y lo dejó tal cual, con el horrible "pi pi pi" de cuando alguien cuelga y el otro todavía mantiene el móvil cerca de su oído. Lucas también estaba en el ordenador, al contrario que los demás, él no tenia FB, ni Tuenti. No le gustaba eso de que la gente viera sus fotos, y su vida. Sin embargo, tenía álbumes enteros de fotos preciosas. Él estaba en su buzón de entrada de correos, y solo había uno nuevo.
Una dirección de correo que nunca antes le había mandado nada.
Luquitas:
Quería agradecerte todo lo que me has ayudado, sin duda espero que seas feliz con esa niña, aunque sé que a mi lado estarías mejor. Quizás en otra ocasión, dentro de tiempo vuelva a España. En ese caso, me encantaría verte, y recordar el bonito tiempo que hemos pasado juntos. Las sabanas del hotel deben recordarnos, pero habrá que refrescarle la memoria, ¿No?
Te recordaré cuando me case, porque en parte habrá sido gracias a ti.Te mandaré un cheque en breve, la cantidad ya la hablamos, aunque si quieres menos siempre me lo puedes pedir.
Me voy a vivir a Nueva Zelanda, estaré fuera de contacto, ocupada con mi mudanza, e intentando abrir fronteras entre hoteles, así que, este es mi adiós. Mejor dicho, mi hasta luego. Un beso.
Te quiere mucho, tu rubia peligrosa.
Lo primero que pensó fue en borrarlo, olvidarse de ese e-mail, total el dinero llegaría en breves ¿No? Pero era Sophí, esa sexy rubia, que había sucumbido sus fantasías durante un tiempo, que le había arrebatado la poca inocencia que le quedaba, y la que ahora le mantenía, y le mantendría hasta que él viera oportuno. Aunque con el nuevo trabajo que le había salido era fácil que dejara de necesitarlo en breves, aunque ahorrar para sus hijos y los de Cristal tuvieran un futuro más acomodado, era tentador.
Se sentía mal, fatal, porque conocía toda la historia. Pero aun así por dentro su cuerpo ardía y las teclas empezaron a ser pulsadas.
Hola, rubita.
No esperaba recibir nada de ti, por lo menos nada que no fuera una suma realmente importante para mí. Estoy muy enamorado de Cristal, y en breves he quedado con ella. Espero que los celos te estén matando, por lo menos una quinta parte de lo que lo hacen con tu querido Alex...
Bueno en el caso de que vengas, nos veremos. No te puedo decir que vaya a pasar algo más entre nosotros que eso, (vernos) pero puedo decirte que por mucho que evite tus roces estaré desaciénome por dentro al ver ese culito moverse con tanta gracia.
Estaré esperando el dinero, y a ti... Por supuesto.
Intentó dejar claro que estaba enamorado de Cristal en su cabeza, pero cada vez que recordaba sus piernas, su esbelto cuerpo. Las campanadas de la iglesia de la calle mayor le recordó que llegaría tarde, condució hasta la casa de Cristal.
Tocó, y en vez de su voz escucho los ladridos de Krunch. Había oído hablar del perro, claro, pero ahora no recordaba que raza era, ni si era grande o pequeño.
En cuanto entró en la casa Krunch se tiró sobre él a lamerle como si fuera su hijo volviendo de la guerra, jugando con él.
Se fijó mucho en cada detalle de la casa, las fotos familiares, las revistas de disfraces arriba de la mesita del té y el café.
Cristal estaba en el baño, o eso creía él, cuando la vio salir vestida de leona.
-Ca,cariño... Estás preciosa.
-Helena y yo vamos a ir de leonas a la fiesta.
-¿De disfraces? Pero yo... Yo no tengo disfraces.
-Ya lo había pensado, tengo aquí revistas, puedes mirar si alguno te gusta.
-¿Quien va a venir? Yo no conozco a mucha gente. De hecho solo conozco a Isaac, Helena y ahora, a Krunch.
-Son muy majos, ya verás amor. ¿Qué mejor para conocerlos qué que vayan entonaditos? Si les caes mal no se acordaran, y si les caes bien al día siguiente le dices todo lo que te contaron. Si no se callan, son cotorras.
-Bueno, vamos a ver que hay por aquí. Este de mimo...
-Típico.
-No, típico no, feo. ¿Cuánto les pagaran a estos?
-Pues más que a mí, que por cierto tengo que buscar un buen trabajo.
-Pues vas lista con la crisis.
-Bueno con la herencia, puedo vivir unos cuantos años, pero, después de la universidad haré lo que sea, aunque sea en un híper mercado.
-Yo te ayudaré en lo que pueda, mira la casa la tienes pagada. No sé, si quieres venderla, o ... No sé, quedarte aquí. Mi casa también está pagada, si necesitas donde venir... Ya sabes.
-No, no quiero depender de nadie. -Cristal vio la cara de Lucas, cabizbajo, con miedo de haber dicho algo inapropiado.-No en este tema, amor. Pero sí podríamos en un futuro vivir juntos aquí, no quiero deshacerme de esta casa. Haremos reformas, además , está es más grande.
-Vale, ahora no te agobies. ¿Vale? Vamos a mirar mi disfraz.
-Vale, yo elijo un disfraz chachi, y tú haces una lista de lo que necesitamos.
-Solo si no vuelves a decir chachi, jamás.
-Prometido. -Rió Cristal.
Lucas eligió de príncipe de época. Y ambos se pusieron manos a la obra, ropa, comida, mini regalos para todo el mundo. Iba a ser una fiesta a lo grande.
Helena hablaba con todo el mundo , y mandó un e-mail a todos sus contactos entre ellos Ingrid y Alex. No se dio cuenta hasta que ya lo había enviado.
No sabía si rectificar y mandarle un mensaje. Al final pensó que no acudirían de todos modos, así que, ¿Qué más daba?
Encontró por internet varías cosas que tendrían que comprar, unos cuencos, muchos canapés o como se llamasen. Iba a ser una fiesta para recordar.
Y no se equivocaba. Lucas esa noche durmió en el sofá, Cristal le pidió que durmiera con ella pero él pensó que quizás sería mejor así. Al despertar la casa había cambiado totalmente, desde pequeña Cristal había sido muy impaciente, y cuando se trataba de algo que le gustaba más. Estuvo toda la noche con preparativos. La casa era ahora un salón de baile con miles de decorativos, serpentinas, nieve en la chimenea, máscaras, y música de fondo.
-Buenos días, marmotita.
-Cariño, me tendrías que haber despertado, te hubiera ayudado...
-Lo siento, pero soy muy quisquillosa y me estreso en seguida, hubiéramos acabado agarrados de los pelos.
Se levantó, y hubo uno de esos problemas que sin duda contarías y todos reirían.
Por las mañanas la sangre fluye mucho, y para él demasiado.
-Oh...Vaya. ¡No miro!
-¡Lo siento! Esto...Es que... Es normal, soy un chico.
-No, si no queda duda, tranquilo.
Él cada vez estaba más y más rojo, y ella no podía parar de reír nerviosa.
-Yo...Esto, es mejor que vaya al baño.
-Hombre, a ver, no es por nada, pero ya que el soldado va a la guerra. Que luche , ¿No?
Se acercó de forma insinuante, y le beso muy cerca del oído. Y poco se fue acercando hasta que mordió su oído...
-Cristal... No me lo pongas tan difícil. Por favor... Me encantas. Me encantas demasiado.
-¿Qué problema hay? ¿Por qué no quieres?
-Ya lo sabes.
-Sé que me gustas, que me encantas, que me pones, que poco a poco te estoy queriendo cada vez más. Joder, lo que no sé es por qué no quieres.
-¿Que no quiero? ¡Ven aquí!
La cogió de la cintura y la atrajo hacia él... Y cuando ya no habían camisetas, ni pantalones. Solo un preservativo sin abrir en la mano de Cristal, alguien llamó a la puerta...
Jolín... mira a ver si no se puede ser más inoportuno.. justo cuando estaban ya.. madre mía muy buen capitulo :D
ResponderEliminarHolaaa, me he leido tu ultimo capitulo y es realmente bueno, pasate por mi blog que estoy empezando una nueva historia, gracias:)
ResponderEliminarhttp://momentosqueteatrapan.blogspot.com/