miércoles, 23 de noviembre de 2011

Capítulo 23 - Bastante he sufrido ya sin ti, sufrir teniéndote ya no sería justo.

-¿Un té?
-Poleo, por favor.
-Bien.
La casa de Lucas era preciosa: bien amueblada, con gusto, mucho gusto. El sofá era gris oscuro, algo cúbico, pero le daba un gran tono moderno y al mismo tiempo elegante, parecía de esas revista de decoración de interiores. Altercaba colores azules, grises, negros y blancos. Las paredes eran azul pálido, con una especie de arabesco en un tono algo más escuro en la esquina izquierda del salón. 'Pi, pi.' Poleo hecho.
-Toma, intenta relajarte.
-Si yo estoy muy relajada, pero creo que estaremos más cómodos en la cama ¿No?
-Cristal, yo... Esto... No me lo pongas difícil, ya lo sabes podemos empezar siendo amigos, no quiero ni forzarte, ni aprovecharme, ni sentirme un segundo plato.
-Vaya, de todos los hombres de la tierra me encuentro con el único que no se aprovecharía de una chica desvalida, y con ganas de venganza.-Cristal miró su cara, supo que había dicho algo mal.- No, espera.. Yo no me refiero a eso, tú me gustas.
-Pero él sigue siendo el primero ¿No? Tránquila.
-Joder Lucas. ¿No has sentido nunca que por más que lo intentes no puedes parar de cagarla una y otra vez ?
-Alguna vez...
-Pues así estoy yo, no puedo más. Primero mi novio, o lo que sea, me deja por una mujer que está obsesionada, loca, que da algo de miedo, pero que demuestra que le quiere. Y ahora te llamo segundo plato... Lo siento, de verdad...
-No pasa nada, preciosa. [. . .] Creo que lo que mejor puedes hacer ahora es dormir.
-Gracias.
-¿Por qué?
-No sé, por ser mi amigo... Por apoyarme, por todo...
-Estaré aquí siempre, lo prometo preciosa.
Ella poco a poco se acercó, sus ojos reflejaban todos sus dolores, sus labios todas sus pasiones y su piel su inseguridad. Temía que él se apartará aunque esperaba que no lo hiciera, un poco más... Él estaba confuso, ¿A quien quería besar, a él o a Álex? La miraba expectante, era preciosa, su piel tersa era tan dulce como podían ser sus labios y él tenía una oportunidad para besarla, y quizás tras esa ninguna más habría. Decidió que era imposible oponerse a ello.
El beso rompió con todo lo que tenían planificado, fue diferente a cualquier otro dado, fue brutal. Un beso diferente, sensacional, un beso de esos que no se suelen sentir con una persona cualquiera. Cristal siguió, quería acercarse más, pero él, seguro de lo que hacía la paró.
-No, duerme, te encontrarás mejor.
-¿Aquí?
-No, ve a mi cuarto si quieres, yo estaré aquí, prometo no irrumpirte.
-Está bien.
No quería quedarse en casa de un chico al que no conocía, no quería dormir allí, pero estaba tan cansada, y era tan mono. En seguida calló en un sueño eterno...
Y con ello comenzó a soñar.
El cielo era claro, mucho. Casi blanco y el sol la cegaba, sentía como hacía un calor. No agobiante, pero sí intenso. Miró hacia abajo, el césped era muy verde, y una flor que había cerca se movía mecida por el viento. Al girarse vio una casa conocida. La casa que tenía la familia por parte de su padre en Asturias. Se había convertido en un hotel hacía ya tiempo, y tenía una torre en el jardín que hacía de suite.  Lentamente sin prisa, se sentó al rededor de la torre, 'Su castillo' lo llamaba de pequeña, escuchó pasos. Sintió miedo, ¿Qué le dirían al encontrarla allí? Se giró hacia la derecha, nadie. Y después hacia la izquierda, Lucas y Álex venían juntos, hablando.
-No quiero que le hagas daño.
-Siento haberlo hecho.
-Ahora es tarde, yo la quiero, y ella empieza a sentir por mí, yo nunca le haré ese daño.  La quiero de verdad.
-Yo también la quiero.
-¿Por eso estás con esa rubia? -Gritó Cristal incrédula.
-Tú también quieres a dos personas a la vez... 
-¡No es lo mismo!
-Aunque me moleste ponerme de parte de ese, sí lo es. No nos puedes tener a los dos Cristal, no para siempre. Y yo no me he ido...
-Joder, Lucas, yo no me he ido porque he querido, ¿Sabes? 
-¿Ah, no? ¿Te ha puesto la zorra esa una pistola en la cabeza? 
-Cristal, yo... 
-Tú nada. Yo te quería , te quería de verdad. Y me estás haciendo mucho daño, muchísimo.
-No era mi intención.
-Tienes razón, no es tu intención tú solo la has dejado por una chica que está loca, y que dejaste hace ya un tiempo, ¿Qué te hace pensar que ahora te va a gusta más que entonces? 
-Lucas, ¿Cómo sabes lo que yo pienso..? Ah, estamos en un sueño... Genial, ninguna de estas cosas es real... 
Todo se volvió negro, los chicos se esfumaron, literalmente,
-No Cristal, esto es un trocito de tu corazón. Un sueño es parte del subsconsciente, y esto es parte de ti, es todo lo que le quieres preguntar a Álex, es lo que sientes por ellos dos, eres tú. 
-¿Quien eres? Esto parece una puta película ... ¿Eres mi conciencia? -Cristal rió a carcajada, la voz que estaba escuchando, era ella misma y se reconocía, pero algo fallaba... Ella no se estaba hablando a sí misma... ¿O sí? 


Todo empezó a verse borroso, incluso más oscuro, se esforzó en ver bien, por ese pequeño estímulo abrió los ojos como respuesta. Lucas no estaba, tampoco Álex.
Se levantó torpemente, miró a su al rededor, era la habitación de Lucas claro estaba. ¿Cuánto tiempo había pasado? [. . .]
Salió de la habitación y Lucas estaba en la cocina, se oía el sonido del exprimidor y olía a creppes, eso hizo crujir la barriga de Cristal. Se acercó poco a poco a la cocina.
-¡Buenos días, bella durmiente!-Rió al verla Lucas.- ¿Quieres desayunar?
-¿Desayunar? ¿Qué hora es? ¿Por qué no me has despertado?
-Prometí no molestarte, además, lo necesitabas... Lo siento, pensé que sería lo mejor...
-No, gracias, de verdad, he dormido emm... Bastante bien.
-Bueno, preciosa, aquí tienes a tu Ferran Adriá, o como se llame, para desayunar creppes y zumo de naranja, un frappuccino y un par de pastelitos...
-¿Todo lo has hecho tú?
-No, he ido a por el frappuccino y los pastelitos a Starbucks y bueno, las creppes y eso... Si no se me queman, sí, las he hecho yo.
-Suena a rico.
-Suena a para chuparte los dedos, nena. Ouh yeah. -Puso voz de chulo. Ambos rieron sin parar en toda la mañana.
-¿Y tu color favorito?
-El azul, por supuesto. ¿El tuyo?
-El de tus ojos.
-Oh, esa es buena, habrás ligado en muchas discotecas con eso.
-No te creas, tengo mejores.- Las carcajadas se daban contra el techo y rebotaban por toda la estancia iluminándola con una luz especial.

En otra parte, Helena e Ingrid habían quedado para hablar, ambas estaban asustadas.
-Pero es imposible, Cristal estaba rallada, pero se había decidido por Álex.
-Pues se ve que Álex no la eligió a ella, la verdad es que me extraña.
-Pero, ¿Qué ha pasado? Porque no nos mandan un e-mail con todos los detalles y con versiones de cada uno de los dos... Los odio.
-¿Por no mandarte un e-mail?
-No, por dejarlo.
-Si él se va, yo también me iré, vine por acompañarle además debo seguir con lo que tenía preparado.
-Pues si te vas, que sepas que me tienes aquí. Que te voy a echar de menos.
-Eres una monada, pero sabes que yo te echaré más de menos eh, prometo enviarte e-mails.
-¿Cómo se dice en italiano "amigas para siempre"? Sí, no se me ha ocurrido nada mejor...
-¿Qué tal "cómplices para siempre"?
- ¡Me encanta!
-Complici per sempre
-Per sempre.
Se abrazaron, era una despedida estaba claro, pero una despedida ¿Por cuánto tiempo? Sabían que volverían a verse, y también sabían que por una razón u otra, Álex y Cristal estarían metidos.

Álex estaba haciendo maletas con Sophí, bueno se suponía que estaban en ello, pero no era tan fácil hacer maletas con alguien que solo quiere reír, y tampoco lo era hablar de "El tema".
-¿Has cogido el sujetador rosa?
-¿Cómo voy a tener yo un sujetador tuyo rosa? Sophí , parece que actúas para una cámara oculta, vamos a hablar, te lo pido por favor.
-¿Qué quieres hablar? Yo lo tengo todo muy claro...
-Pues yo no. A ver, técnicamente, he dejado a Cristal por ti.
-No técnicamente no, literalmente.
-Bueno, lo que tú digas, pero si la he dejado ha sido por algo...
-Sí, porque me quieres, ¿No? Porque algo siente por mí.. Porque no tenías tan claro lo vuestro, pero aquello tenía que ver conmigo...
-Sí, más o menos. No voy a mentirte, sigo sintiendo por ti muchas cosas, pero Cristal...
-Te he dicho mil veces que te quiero, y sí, puede que no sea suficiente... Que ella te diera más con una mirada, pero igual que tú sentías mucho por ella, yo lo siento por ti. Y como te quiero de verdad, te voy a ser sincera, si la quieres y vas a estar pensando en ella mientras me besas, o mientras hacemos el amor, vete con ella. Bastante he sufrido ya sin ti, sufrir teniéndote ya  no sería justo. Y sí, te estoy diciendo que vayas por ella, que luches por lo que sientes, pero eso no quiere decir que yo no siga luchando por ti.
Álex miró con otros ojos a Sophí, había sido franca, había tenido la posibilidad de darle un gran miting y dejarlo embobado y había sido tan sincera que había tirado piedras sobre su propio tejado.
-¿Y bien? ¿Qué vas a hacer? ¿Te vas? - En sus ojos había amor reprimido, no intentaba dar pena, solo reprimirlo todo.- El amor es imponer tu sonrisa a la mía, y lo haré.
-No me voy. Me quedo contigo. La quiero, y no te prometo dejar de quererla en seguida, pero sé que detrás de ti, de esa fachada de Paris Hilton por decirlo así hay un corazón inmenso, y que me sigues queriendo, y que eso no cambiará si me alejo de ti. Sin embargo, puede que Cristal rehaga su vida con alguien, puede que ella y yo no seamos tanto como pensamos, porque ambas merecéis ser felices.
-Tú también lo mereces.
-¿Crees que conseguirás hacerme feliz?
-Aunque muera en el intento.
Álex se acercó a ella, que estaba sentada al pie de la cama, y piso algo. Bajó la mirada, y sonrió.-Toma tu sujetador rosa, despistada.
-Álex, te quiero. Y aguantaré, te esperaré siempre. Pero solo quiero que seas feliz.
Se besaron, al beso le continuó un abrazo y al abrazo unas palabras de Álex.
-Yo también te quiero.
Sophí derramó un par de lágrimas e intentó que no se le notaran, pero él las descubrió.
-¿Por qué lloras?
-Nunca creí que volvería a oír eso de nuevo, de la misma manera en la que antes lo hacías.

Cuando ya apenas quedaba nada para marcharse, Álex bajó a la habitación de Ingrid, tocó.
Allí estaba, cabreada, con cara de pocos amigos, pero con tristeza en la mirada.
-Sé que no quieres que esté con ella. Pero...
-Pero nada, eres mi amigo, lo único que quiero es que seas feliz.
-¿Tú también te vas?
-Sí, recuerda que solo vine por una española, y me voy por trabajo.
-Te quiero mucho.
-¿Volveremos a España?
-Quien sabe. Pero si volvemos, será juntos.
-Juntos.
-Adiós, tesoro.
-Adiós, pirata.
Un abrazo, uno de despedida, de consolación, un tesoro. 

2 comentarios:

  1. Tía, inmejorable eee ! Que me encanta como escribes, joder. Que me encanta tu historia y que me encantan las fotos ^^ A seguir en esto eee que se te da supermegahipergigagenial (:

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  2. Que bien que escribes! Que capullo, dejarla ahora :)

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