Capítulo 13- ¿Quien soy? El amor de mi vida.

Nunca entendió lo de la orquídea.
No corrió, voló. Tan rápido como pudo hacía la salida, hacía la orquidea... Que por cierto ella no había visto nunca, pero bueno, si él lo decía sería por algo. Desde casi el final del pasillo, divisó su sonrisa... Sus dientes perfectos. Blancos, en su sitio, y con una curva perfecta. La comisura de sus labios, el moreno de la piel de su alrededor... Era él. Llegó en menos de 10 segundos, él entró con los brazos abiertos en señal de abrazó...
Ante cualquier persona ajena a esta historia , que estubiera delante hubiera pensado que  Cristal había sobrevivido a la muerte y por eso tal entusiasmo. Pero aunque hubiera una bomba a 2 centímetros de ellos no la habrían escuchado, ya habían vuelto a salir de la estratosfera... Sus sonrisas eran tan... y tan...  Ni Becker con sus golondrinas, ni siquiera Neruda con su poema XX podrían haber descrito ni en verso ni en prosa eso que había entre ellos. Era amor , dolor, dulzura, felicidad, real autenticidad, desenfreno, llanto, comprensión, conexión... Era  algo mágico, algo que nadie puede describir, algo que sientes cuando al despertar ves que tienes al lado a esa persona y te das cuenta de que mañana a esa hora estará en la misma posición y respirando igual de rápido que hoy, pero siempre en el mismo sitio. Es esa sensación cuando antes, un segundo antes de irte a dormir, miras una estrella y pides el mismo deseo que llevas pidiendo desde que conociste a esa persona : Que sea eterno. Es cuando lloras mirándole a los ojos, y al mismo tiempo no paras de sonreír, cuando piensas que si pudieras congelarías ese momento porque te encantaría vivir en él para siempre. Es un cumulo de cosas que para otros quizás no tendrían el mínimo sentido, y es tu código para decir eres el amor de mi vida, lo sé, te tengo delante, a mi lado, y no necesito nada más. Es todo eso y mucho mucho más.
Ni siquiera se besaron, juntaron las dos puntas de la nariz, la una con la otra, sonreían. No podían decir ninguna palabra,  no salía de su boca ningún sonido, nada. Era uno de esos momentos en los que la única banda sonora es la respiración agitada, y los latidos del corazón que sientes que se escuchan más que los amplificadores de la guitarra eléctrica de Santana. Después de este momento de adrenalina, ella baja a la tierra, y se gira mirando a sus espectadores del hospital, todos con caras de haber visto a cupido mandando sus flechas y contemplando su efecto. Él la cogió por la espalda, la acercó contra él, y se acercó mucho a su oído.
-Chi sono io?
-El amor de mi vida.
La giró, fue un movimiento rápido, la besó lentamente primero y luego puso toda su pasión en ese beso. A Cristal le ardían los labios, le quemaban por dentro, le hacían no poder separarse de los suyos. Que eran puro hielo.
Se sentaron en la cafetería (en la mesa de la tarta) y aunque al principio les costó un poco, porque no querían hablar de nada solo mirarse, sacaron un tema de conversación.
-¿Qué tal tu padre?
-Igual, los médicos dicen que es bueno que estemos allí, apoyándole y tal... Pero yo lo veo igual ... Lo veo dormido, y espero día y noche a que despierte, aunque sea para discutir, es igual. Pero no lo hace. Y me cuesta mucho no hundirme más de lo que ya estoy.
-Tienes que ser positiva, pequeña. No te va a ayudar decir que no estará bien, sin embargo, si te animas podrías repercutirle algo a él. Intenta... -La humedad de los ojos de Cristal aumentaba rápidamente. -No. Por favor, no llores, vengo para intentar ayudarte. Durante lo que pueda estar aquí, seré todo tuyo. ¿Qué te parece, eh? Si quieres podemos ir a un sturbucks, o ir a una cafetería que como mínimo no sirva esto, sirva café... Por favor.
-Jajaja, te odio, siempre igual. ¿No me puedes dejar estar triste tranquila eh ?
-No, mi misión es hacer que el sol salga.
-Pues hazte meteorólogo... ¿Qué quieres que te diga?
-No sé si meteorólogo, o qué. Pero con hacerte sonreír me sobra.
-Está bien - volvió a sonreír - voy a la habitación de mi padre por las cosas y nos vamos...
-No puedo acompañarte, ¿Verdad?
-Claro que puedes, mal no puede hacer. Está dormido, no creo que se despierte solo para matarte.
-¿Matarme, a mí, por qué?
-Por ser mi... Esto, da igual, era una broma.
-¿Por ser mi? Acaba la frase.
-Es esta la habitación.
-Vale, no me contestes. Indirecta pillada. No has pedido el deseo...
-¡Qué pesado eres eh!
- Y tú que guapa.
-Te odio... -Cogió la moneda, cerró los ojos, tiró la moneda hacía atrás. Cayó justo en el lado izquierdo del pecho de su padre. Ellos lo tomaron como buena señal...
Salieron del hospital, y se subieron en la limusina del Sr. Coreli.

En el hospital :
Pi [...] pi.  Pi-pi.  Pi-pi-pi. Pipipipipi....
Las enfermeras entran corriendo en la habitación, miran las máquinas, comprueban el pulso... Parece que todo está perdido. No les queda otra.
-A quirofano ¡Ya! Tiene parada cardio respiratoria. Parece que algo a afectado su organismo, estaba despertándose, y a sufrido una parada. Es grave. ¡Venga rápido! ¡Que se nos va joder, rápido!