Helena estaba enfadada con Cristal, llevaba dos días sin ir a la universidad. Y las becas no era fáciles de conseguir.
-¡Cristal, levanta, tienes 45 minutos antes de que pase por ti!
-¿Eh? ¿Pero para qué?
-Ese colegio grande que cuesta mucho dinero, y del que tienes una beca.
-Ah, eso...
-Sí, eso, o vas o te arrastro de los pelos.
-Mi madre ha muerto, Helena. No tengo ganas.
-Joder, lo siento.
-No tengo ganas de hablar ahora, te quiero.
-Yo mucho más. Si quieres hablar de cualquier cosa, o lo que sea, llámame.
-Lo haré.
Helena colgó, la madre de Cristal había muerto. Toda su familia cercana había muerto en ese año, es más con dos meses de diferencia, o por ahí. Para Helena, la madre de Cristal también era en parte madre suya. Había estado con ella desde pequeña, y había podido contarle cosas que no se atrevía a contar a su verdadera madre.
Un pitido resonó en su móvil, un SMS de Isaac. Ese chico moreno y alto, de ojos claros y labios carnosos. Fornido, por supuesto, y con ese culito prieto. ¿Qué querría él de ella?
¡Hola Helena! ¿Qué tal va todo? He vuelto a la ciudad, podríamos quedar y hablar de cómo ha cambiado todo.
Hacía mil años que no sabía nada de él, se fue de erasmus cuando ella todavía estaba en 1º de bachiller, recordaba que estaba colgado de Cristal, o que por lo menos intentó encontrar algo con ella.
Algo que debió estar muy perdido, porque pese a que se intentó un par de veces, nada de nada.
También fueron buenos amigos, porque ella le ayudaba a conquistar a su amiga, pero eso acabó antes de que él se marchara. Y ya apenas se hablaban, qué raro todo esto.
Aprovechando que estaba en la biblioteca se conecta con el wi-fi, abre la aplicación black berry y se metió en tuenti.
-Tienes una nueva petición de amistad.- Leyó sonriente y con esa intuición que tenemos las mujeres, bueno siendo sincera, que en ese momento tendría hasta un mono borracho.- Estás preciosa, ¿Te acuerdas de mí?-Leyó un poco más alto, como para darse de cuenta de que no era para nadie más que era para ella.
Lo aceptó, y su móvil vibró, era él.
-Hola, ¿Cómo estás?
-Bien, ¿Y tú? Cuánto tiempo.
-Sí. Bueno te preguntarás por qué he hablado contigo...
-La verdad, sí.
-Pues por qué me ayudaste a conseguir a Cristal, pero yo quería conseguirte a ti.
La cara de Helena era un poema. Nunca se había fijado en él como algo más que un amigo, sí como el buenorro que iba detrás de su amiga, pero nunca a tanto.
-¿Estás Helena?
-Sí, sí, perdona.
-¿Podemos quedar?
-Emm, bueno, tengo que ir a clase, pero después sí.
-¿A qué hora?
-Mm, a las ¿5 :00?
-Tengo que ir a comprarme ropa. 5 : 30 mejor.
-Okay.
-Me voy , se me ha acabado la batería.
-Vale, ciao.
-Besos.
Se levanto y se dirigió al baño. Las manos le temblaban, una sonrisa sutil realzaba sus preciosos rasgos, su pelo dorado y largo se movía más contento. Allí, se vio, y ¡DIOS! <<¡He quedado con un chico esta tarde!>> Pensó con cara confusa.
-Un poco de brillo de labios, estos pantalones no me dicen nada pero bueno. No hay que pasarse si no se creerá demasiado.
Ojalá pudiera haber llamado a Cristal, pero no podía molestarla. Sabía perfectamente cómo había reaccionado su amiga. Se habría emborrachado, y habría llamado a Alex para no pasar la noche sola. Pero después de unos segundos empanada mirando fijamente el grifo, recordó que Alex ya no estaba allí. ¿Entonces, Lucas?
No tenía tiempo para pensarlo, tenía que ir a clase, los 45 minutos que tenía de tiempo se habían esfumado. Recordó a la madre de Cristal, ella la habría piropeado para que se sintiera más segura de sí misma en la cita, y con Cristal se hubieran escondido en una esquina en el coche, para ver que pasaba. Ahora nada podría ser así... Ella no estaba, sus pasteles no estaban, su sonrisa de " Buenos días chicas, hay churros bien hechos con chocolate caliente" y ese olor tan maternal que ofrecía, que lejos de ser agobiante, era acogedor y aunque suene extraño, cariñoso.
Le dio igual llegar un poco más tarde, se metió en el baño y se desahogo... Al salir le molestó que el mundo siguiera funcionando después del fallecimiento de personas tan importantes.
Alex lejos de acordarse de Cristal, y su madre, estaba intentando ensayar frente al espejo cómo volver a entrar en casa, cómo fingir que esa chica española no le tocó lo suficiente el corazón. Que otra vez fue víctima de lo que llamó su primer amor, que de nuevo estaba entre las garras de esa conejita dulce, que a pesar de ser una fiera era esa niña dulce y llena de sorpresas encantadoras.
Sin más recordó en qué pensó en el momento que decidió entre las dos mujeres que habían formado parte de su vida.
Cristal era su sueño, pero ver de nuevo a Sophí como la conoció. Siendo esa persona que por dentro sentía tanto, pero que sus complejos le obligaban a aparentar ser una piedra.
No solo había sido el hecho de que fuera su primer amor, si no, también recordó cómo se conocieron, cómo surgió esa magia que le envolvió durante tanto tiempo...
Ella era una chica conocida en el instituto, metida en el típico grupo de gilipollas que todo el mundo odia, incluso entre ellos. Y él era conocido, pero no estaba en ese grupo. No fue típico. Una noche en un botellón de la zona coincidieron, y ella , incosciente de sus actos por supuesto, lo cogió de la mano y se lo llevó. Él la siguió gritando, pero no pudo evitar seguir ese trasero redondo y perfecto.
-Hola.
-Hola, ¿Qué hacemos aquí?
-No sé, me apetecía.
-Ah.
Silencio.
-¿Y por qué me traes?
-Porque eres guapo, estás borracho, y te diga lo que te diga mañana no te acordarás.
-Puede que sí.
-No, demasiado alcohol mata neuronas, nene.
-Ah.
Más silencio.
-Soy humana ¿Sabes?
-Ah, que bien.
-Sh, tú calle y escucha.
-Vale.
-No puedo ser perfecta siempre, pero lo soy. Solo cuando estoy escondida puedo ser yo.
-¿Y ahora estás escondida?
-Ahora tengo justificado estar con alguien que no es mi novio, en un lugar a solas.
-Eh, eh , eh. No quiero rollos con el "guaperas de el instituto."
-No quiero nada contigo, idiota.
-Pues vale, yo tampoco.
-Ya.. Bueno, sigo. Estoy harta de no ser perfecta, y de serlo.
-Esto es un dejabú... Creo que lo he visto en todas las películas de comedia sobre niñatas ricas.
-Si te callas y escuchas, dejaré que digas que te has acostado conmigo.
-¿Qué? No...Yo no quiero decir eso. ¡Qué vergüenza!
-¿Perdona?
-A ver, guapa, estás buena y eso... Pero, ¿De verdad te crees que es bueno que digan que te has acostado con uno que no es tu novio en mitad de ... de esto?
-No, pero los demás aceptaron.
-¿Quienes?
-Todos.
-¿Eres [...] eres virgen?
-Sí.
-¿Y tu novio?
-Bueno, es que no estoy enamorada de él, pero dejo que lo diga.
-¡Tú eres tonta, eh! No ves que así solo te denigras, que te infravaloras...
-¿ehh? ¿Yo... emm qué? Bueno, cállate.
-No, me estás diciendo que odias ser perfecta y no serlo. Pero mírate, lo eres. Preciosa y autentica. Con una vida un poco vacía , pero ese chico o otro cualquiera puede llenarla.
-¿Podrías ser tú?
-Podría ser cualquiera que sé de cuenta de lo que vales y no por tu caché, o tu sexo, o tus regalos caros.
-¿Pero tú?
-¿Yo? Bueno, yo no lo sé. Joder, ya voy bien.
-Mierda.
-¿Qué?
-¡Qué lo vas a recordar!
-No le contaré nada a nadie.
-Por favor...-Su cara era tan linda bajo los focos de las farolas, el frío hacía que los dos tiritasen, y que el vaho que salía por sus bocas se unieran.
-Tranquila, prometido.
-¿Puedo sellarlo?
Y este fue su primer beso, un pacto. Que no rompieron jamás, la autenticidad de Sophí y que era humana, con defectos y todo. Como cuando siempre dejaba los armarios desordenados, los zapatos amontonados y perdía siempre las pulseras.
Esto le hizo sonreír y darle fuerzas suficientes para entrar en casa de sus padres. Al entrar algo pasaba, su padre no celebró su llegada y le crionizó con la mirada. Su madre lloraba sin parar intentando mantener la compostura.
-¿Qué pasa, papá?-Sin respuesta.-¿Mamá?
-Esta última escapada ha hecho que nos replanteemos que vivas aquí, bueno que vivas de mí. A partir de ahora te daremos lo mínimo, tienes que empezar a trabajar en mi empresa.
-Está bien. ¿Y por qué llora mamá?
-Porque tienes que irte a Nueva Zelanda...
-Ah, pero no pasa nada, no son tantas horas de vuelo. Y allí serán un par de cosas ¿No?
-No...Cariño, tu padre y yo queremos que empieces a hacer tu propia fortuna, porque nosotros cuando muramos te podremos dar a ti, pero no a tus hijos. Y tienes que empezar en un lugar donde nuestro hotel necesite de un "jefe" por llamarlo así. Y durante bastante tiempo.
-¿Un mes?
-Un poco más.
-¿Medio año?
-3 años.
-¡Qué! ¿Sin veros?
-Iremos a verte, pero tú tienes que estar ahí currando, porque queremos ser los número 1 allí. ¿Aceptas?
-Por supuesto. Haré que os sintáis orgullosos de mí.
-Ya lo estamos, Alex. Y ahora que se ha acabado la tensión, ven aquí.
Dijo su padre con los brazos abiertos, y una sonrisa que iluminaba toda la habitación.
Cristal no tenía ni idea de que Alex iba a estar (mal dicho) en el culo del mundo y dormía abrazada a Lucas.
No soñaba, solo dormía. No quería seguir siendo ella, deseaba morir. Odiaba al mundo, a Dios, a Alex, a la ex de Alex, a Lucas, a Helena, a su madre y a su padre.
-Eh, buenos días... ¿Cómo estás?
-¿Has sentido alguna vez como un trailer de 16 ruedas te pasa por encima catorce mil millones de veces?
-No, pero tengo que ponerlo en mi lista de futuras experiencias.
-Yo la tengo en experiencias vividas sin querer.
-¿Quieres desayunar?
-No, gracias...
-¿Qué hora es?
-La una.
-Oh, mi madre ya habrá llamado a la poli.- Tardó en darse cuenta de lo que había dicho.- Bueno yo... ¡Joder!
-¿Quieres seguir durmiendo, pequeña ?
-Quizás un poco.
-Vale, tranquila.
Se volvió a poner en la posición de antes, Lucas le rodeó con su brazo y le besó en la nuca muy suavemente, no con un fin erótico, si no con una ternura digna de un familiar cercano. Ambos cerraron los ojos, ambos durmieron. Pero ninguno soñó, por el vacío que tenía Cristal habían caído cada uno de los sueños dulces que ella solía tener. Él porque medio-durmió al escuchar los sollozos de Cristal, y solo vio negro.
Al despertar de nuevo, Cristal no estaba, no estaban sus cosas, ni su ropa, ni nada... Solo había un papel escrito en una esquina.
Gracias. ♥
¿Dónde estaba Cristal? Llamó repetidas veces a su móvil... Ninguna de ellas obtuvo respuesta.¿Y ahora qué iba a hacer?
Quien tampoco sabía qué hacer era Alex, había conseguido llegar a un acuerdo con su conciencia. Lo mejor sería irse a Nueva Zelanda, allí podría olvidar totalmente a Cristal. El problema era que no sabía si quería olvidar a Sophí, ella le había demostrado en unos días, lo que Cristal no le había demostrado en tres meses...
-Joder, ahora que hemos quedado como amigos, que no tendremos ataduras, que todo sería perfecto... -Decía pensando en voz alta. Dudaba de pedirle a Sophí que fuera con él, pero ¿Qué iba a hacer?- Decidido, si me llevo a Sophí antes sentiré más amor, y antes olvidaré a Cristal. Sí, es lo que tengo que hacer...
MADRE MÍA... Impresionante enserio, me a gustado muchísimo de verdad sigue así lo de Isaac no me lo esperaba para nada.. Buahh tia es que no tengo palabras enseriooo. Adoro como escribes :D
ResponderEliminarIndescriptible ! Sí señor, que sensaciones más bonitas me hace experimentar esta mujer (: Joder, es que estoy viciada,viciada, VICIADA ! Que no quiero que se acabe, no puede ser un PARA SIEMPRE ?
ResponderEliminarpuff pero como escribes tan bien? :)
ResponderEliminarno quiero que se termine :(
un beso ♥
Me gusta mucho, es increíble :) Son unas sensaciones muy boniitas :) Besiitos (LL)
ResponderEliminarSinceramente, PRECIOSO el capitulo sigue escribiendo así y llegaras muy lejos ((: (L)
ResponderEliminarA mi esto me supera, es tan perfecto cada capitulo que escribes... me encanta, me gusta mucho, me pasaría leyendo hasta acabarlo todo, pero claro... llega un punto que no hay mas capítulos.. la intriga me come por dentro jajaja Yo solo espero llegar a tener un diaa todo esto en forma de libro en mi estanteria :))
ResponderEliminarSIGUE PORFAVVOR!!!!!!
Me encanta,siguelo,por favor!(L)
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